lunes, octubre 11, 2021

Convención Constitucional y Fin de la Civilización



a Eva

Actualmente en Chile se desarrolla un proceso constituyente. La idea del mismo es que en más o menos un año el país pueda tener una nueva constitución para, con ello, prepararlo a los "nuevos interesantes tiempos por venir".

Como ciudadano chileno no pude sustraerme al encanto de participar, por lo cual he redactado una carta y se la he enviado a la Presidenta de la Convención Constitucional por los canales convencionales que asumo que existen para tal propósito. 

Como el proceso es público creo adecuado transcribir en este blog el contenido de esa carta y del anexo que la acompaña. Quedan, entonces, a continuación con aquello.

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Sra. Elisa Loncón, presidenta Convención Constitucional

Sres. Constituyentes todos y todas

Domingo 15 de Agosto, 2021

Estimada Señora Presidenta, antes que todo, tenga a bien recibir mis sinceros deseos de éxito en el desarrollo del trabajo que usted realiza junto a los y las integrantes de la Convención Constitucional. Chile necesita una Nueva Constitución en la cual sea posible encontrarnos en una Cultura del Respeto como la que practicaban, tengo la impresión, la nación de sus ancestros: el pueblo mapuche.

He estado más o menos atento al desarrollo de la Convención Constitucional y, dado aquello, me ha surgido una preocupación que es el principal motivo de la presente. En este primer mes se ha establecido una serie de Comisiones que me parecen más o menos pertinentes al proceso pero, y esto es quizá mi sesgo de ingeniero, tengo la impresión que resultaría necesaria una instancia que haga una proyección estratégica del acaecer futuro del país y del mundo. Quizá una Comisión de Escenarios Futuros o algo similar.

Me permito la libertad de hacerle esta proposición por que tengo la impresión que en las próximas dos décadas es altamente probable una serie de cambios disruptivos más o menos profundos que reconfigurarían radicalmente el actual escenario mundial y que, pienso, es conveniente que la Convención pueda recoger y con ello poder diseñar los necesarios mecanismos de resiliencia constitucionales que permitan al estado chileno, por lo mismo, prepararse adecuadamente para tales eventos.

Más allá de la amenaza del Cambio Climático, por todos reconocida, mi preocupación se centra en la dificultad geofísica que nuestra civilización está enfrentando para el adecuado acceso a los recursos materiales en una economía de crecimiento. Es especialmente preocupante el tema del acceso a la energía y, dentro de este ítem, a la energía proporcionada por el petróleo. Hay indicadores más o menos claros que la producción mundial de petróleo, y de todos los líquidos del petróleo, ha comenzado su descenso y, por lo mismo, su disponibilidad se irá haciendo más escasa, donde algunas proyecciones hablan de una disminución de la producción entre un 3% a un 6% anual o quizá más, lo que es realmente mucho para una economía de crecimiento.  Este fenómeno de disponibilidad menguante no ocurre solamente con el petróleo, y sus derivados, sino que, más temprano que tarde, todos los recursos geofísicos sobre los cuales está construida la economía mundial se verán afectados -si no lo están siendo ya. Lo preocupante en el caso del derivado del petróleo, el petróleo diesel, es que no hay un bien sustituto que tenga sus excepcionales propiedades sobre todo en lo relacionado para el uso en el transporte y el funcionamiento de maquinaria pesada. Tengo la impresión que este tema es de suma relevancia para Chile en el entendido que nuestra economía es extensiva en el uso de este derivado (minería, forestal, agroindustria, acuicultura, etc.) y que todo el petróleo que usamos es de origen importado. 

No es fácil establecer el alcance y la profundidad que puede adquirir este proceso de descenso en la disponibilidad de energía y materiales tanto para Chile como para el resto del mundo, pero una de las posibilidades es el colapso de la civilización en tanto ente complejo que, como tal, tiene comportamientos no lineales donde pequeñas perturbaciones, en ciertos estados, pueden generar cambios profundos y radicales.

Por ello recomendaría que haya una instancia, dentro de la Convención Constitucional, que permita el estudio de estos escenarios y, en base a aquel o aquellos escenarios futuros más probables, orientar el desarrollo de nuestra nueva constitución para así ayudar a evitar que las consecuencias negativas, tanto económicas como sociales u otras, de la materialización futura de estos impacten gravemente sobre el estado chileno y su pueblo. Es más, teniendo la previsión de identificarlos se atenúa, también, la posibilidad que, mañosamente, algunos grupos de interés puedan asociar las futuras dificultades económicas, sociales u otras, a la puesta en marcha de la nueva constitución.    

Siendo, como es, una temática un tanto compleja, me he tomado la libertad de, en el anexo a la presente, desarrollarla con un poco más de profundidad.

Esperando que la propuesta expresada en esta carta sea de utilidad al proceso que lleva a cabo la Convención Constitucional que usted preside y reiterándole mis sinceros deseos de éxito en la tarea emprendida y quedando a su disposición se despide atentamente, 

Gustavo A. Donoso M.

Villarrica, Región de la Araucanía




Anexo

Límites Geofisicos a la Economía de Crecimiento

Gustavo A. Donoso M.


1.- Introducción 

El primer punto que corresponde dejar en claro en este anexo es que NO soy experto en ninguna de las materias expuestas en este documento y que mi aproximación a las temáticas presentadas es usando mi experiencia pasada de análisis de sistemas y desarrollo de software.

Fue esta experiencia la que me permitió establecer, aproximadamente en el año 2009, la urgencia de la grave problemática que significa para la civilización la producción decreciente de petróleo y que me llevó, por lo mismo, a hacer un cambio radical de estilo de vida y, con ello, adentrarme en la temática que presento en este anexo.

Puedo, por lo mismo, estar equivocado y que mi enfoque exploratorio sea erróneo, pero, por ahora, los datos que es posible obtener, la realidad que reflejan y, también, el sentido común siguen siendo consistentes con lo expuesto a continuación.

A partir del estudio de Campbell y Laherrere [Campbell 1998] se desarrolla, en forma de presentación de distintas gráficas, el problema de disponibilidad de petróleo, y, eventualmente, de recursos, que debería materializarse en la presente década y posteriores. Gráficas que resultan ser una adecuada metáfora del desarrollo y posterior decadencia de una civilización, como la nuestra, que está basada en una economía de crecimiento. También, como parte de este anexo, se plantea un conjunto de reflexiones, que podrían ser de utilidad. 

Este no es un documento científico pese a que tiene algunas referencias a estudios que si podrían ser considerados como tales. Este documento es solamente un intento de reflexión más profunda en las temáticas expuestas en la carta precedente a modo de ayuda a su comprensión. Así, por lo mismo, su profundidad es limitada y, con ello, recomendaría generar instancias que si la permitan. En especial recomiendo, para estas temáticas, contactar a Antonio Turiel Investigador Científico en el Institut de Ciencies del Mar del CSIC, Barcelona, España y a Ugo Bardi Profesor de Química de la Universidad de Florencia, Florencia, Italia, entre otros. 


2.- Los límites al crecimiento y el descenso de la curva de los recursos

En marzo de 1998 Colin Campbell y Jean H. Laherrere publicaron en Scientific American [Campbell 1998] un artículo titulado “The End of Cheap Oil” en donde a partir de la tesis que el aspecto relevante en la producción de petróleo no es cuando el mundo se queda sin éste, sino lo realmente importante es cuando la producción comienza a disminuir. Dicen textual: “Más allá de ese punto, los precios subirán a menos que la demanda disminuya proporcionalmente”.

En aquel estudio los autores plantean que, probablemente, aquella disminución de producción comenzaría antes del 2010. 

El 9 de noviembre del año 2010 la Agencia Internacional de la Energía (AIE) publicó su informe anual, el World Energy Outlook (WEO) 2010. La siguiente gráfica, extraída del Blog de Antonio Turiel [Turiel 2010], describe de alguna forma en la realidad proyectada por la agencia, lo anticipado por Campbell y Laherrere:



Más aún, en el análisis que hace Turiel [Turiel, 2018] del World Energy Outlook (WEO) 2018, también es posible encontrar una gráfica más o menos similar con una proyección sobre el escenario “New Policies” que habla de una disminución de 34 mb/d proyectada al año 2025:



En el mismo [Turiel, 2018] se puede ver la gráfica siguiente: 

Donde la tendencia que describe la gráfica del 2018 ya se hacía presente en el año 2016.

Volviendo al estudio de Campbell y Laherrere [Campbell 1998] la gráfica que allí se presenta es la siguiente:

Donde la declinación de la producción comienza en la década 2000-2010 descendiendo rápidamente en las décadas siguientes. Al respecto podemos decir que este descenso en la década del 2010 se ha logrado evitar por la irrupción como productor de petróleo no convencional de los Estados Unidos. Situación que comenzó a declinar en el 2016 con la quiebra de empresas dedicadas a la extracción de petróleos no convencionales a través de la técnica de Fractura Hidráulica, más conocida como Fracking. Aunque, desde siempre, aquellas empresas han estado en quiebra financiera [Hipple 2020].

En general la producción de recursos no renovables tiene un límite de extracción y en 1956 Marion King Hubbert, geólogo que trabajaba para la Shell Oil en Houston, propone un modelo matemático, basado en al Campana de Gauss, para describir y proyectar la producción de petróleo de los Estados Unidos, cuyo máximo, anticipaba Hubbert, se produciría alrededor de 1970. Del mismo modo aplica el modelo para la producción mundial que en 1956 anticipaba un máximo alrededor del año 2000. En la gráfica extraída de [Bardi 2008] se puede ver la proyección de Hubbert para la producción mundial de petróleo:

En [Bardi 2011] también se encuentra la siguiente gráfica asociada al estudio desarrollado por un grupo de jóvenes científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts [MIT] que usando “La Dinámica de Sistemas” propuesta por el profesor del mismo instituto Jay Forrester crearon el modelo World3 para un estudio de 1972 llamado “Los Límites al Crecimiento”:

La imagen corresponde al escenario “Standard Run” analizado en ese estudio y que se caracteriza por mantener sin cambios el sistema económico mundial basado en crecimiento. Aquel muestra una serie de curvas que proyectan la disponibilidad de recursos, la producción industrial, la producción de alimentos, etc. que tienen su máximo a principios del siglo XXI. En la siguiente gráfica, extractada de [Bardi 2013] se puede ver una mejor relación temporal para las curvas presentadas en el diagrama anterior:


Según [Bardi 2013] los cálculos fueron rehechos en el 2004 con similares resultados. Finalmente de [Bardi 2012] esta gráfica es de un artículo de Debora McKenzie [McKenzie 2012] que correlaciona visualmente la proyección de los datos del estudio original con los datos de la realidad hasta ese punto. Es notable el nivel de precisión:



Desde mi perspectiva esta breve y gráfica explicación es suficiente para describir la problemática planteada en la carta anterior. 

El sentido común indica de alguna forma que este tipo de escenarios no están del todo equivocados y sería prudente que la Convención Constitucional haga una revisión más exhaustiva del tema propuesto u otros similares.


3.- Reflexiones

Las siguientes son reflexiones generales, aplicables a Chile y a la mayoría de los países en un escenario de descenso civilizatorio.

3.1.- Los escenarios por el lado del descenso

Si asumimos que una curva como la de Hubbert es válida para los procesos de desarrollo y declinación de sistemas complejos, como las civilizaciones, en tanto la disponibilidad de recursos y energía, entonces podemos concluir, en forma gruesa, que hay dos modos distintos de enfrentar dichos procesos, uno en la parte ascendente de la curva y el otro, complementario, en la parte descendente.

Desde mi perspectiva el gran error que lleva al colapso de las civilizaciones es seguir operando en "modo ascendente" en escenarios de descenso. Por ejemplo, en nuestro caso, seguir construyendo carreteras cuando, en muy poco tiempo más -a escala histórica- el tráfico será sustancialmente menor tendiendo a desaparecer; lo mismo vale para aeropuertos, hospitales, hoteles, grandes ciudades y un largo etcétera. Si esos mismos recursos se dispusieran a favor de infraestructura y modos propios del descenso es altamente probable que situaciones de colapso puedan ser manejadas de mejor manera.

Reconozco que no es fácil determinar el punto donde la pendiente de la curva cambia, pero es en extremo relevante hacer intentos serios en ese sentido ya que no lograr identificar adecuadamente aquello traza una línea de acciones que contribuyen fuertemente al colapso del sistema haciendo que el escenarios más complejos y profundos del mismo sean más probables.

Un momento adecuado para haber preservado más o menos intactos los logros de nuestra civilización está asociado a la publicación de 1972 del informe de "Los Límites del Crecimiento". En ese punto los gobiernos y los grupos de interés podrían haber activado "modos descendentes" de operación de manera de aplanar la curva y extender el ciclo civilizatorio por siglos evitando el colapso y, con ello, probablemente tratar de evitar, también, el forzamiento climático y la extinción masiva de especies a las cuales la operación adicional de 50 años en "modo ascendente" nos está llevando.

Nada de lo anterior ocurrió, todo lo contrario, por lo cual la probabilidad de colapso es alta y, para atenuarlo, ya no evitarlo me temo, el "modo descendente" requeriría de una mayor radicalidad lo que a su vez requiere de una política pública que se aleje, probablemente, de lo que pueda proveer el mercado que, a mi entender, sigue reproduciendo los mecanismos del "modo ascendente".

Para graficar lo anterior usaré como ejemplo la micro carrera espacial que se está desarrollando actualmente entre las corporaciones privadas de Jeff Bezos, Elon Musk y Richard Branson. Si los principales gobiernos del año 1972 (EEUU y URSS) hubiesen dado por concluida la exploración espacial, claramente un objetivo en "modo ascendente", en pro de la consecución de un objetivo en "modo descendente" con recursos, por ejemplo: la preservación de los sistemas de selvas tropicales, el desarrollo de un sistema de gestión de residuos nucleares, la exploración y el desarrollo de sistemas de energía alternativos, sistemas de transporte no contaminantes, etc. Y, con ello, el desarrollo de una política pública que regule el uso del espacio en pro de lógicas "descendentes", la actual micro carrera espacial orientada al uso del espacio con, principalmente, fines turísticos para la clase acomodada no hubiese tenido sentido y los recursos destinados a ello se podría haber utilizado en fines "descendentes", quizá liderados por los mismos empresarios. Metafóricamente la ruta que traza "la nave espacial" de Jeff Bezos orientada a alcanzar al Línea de Kármán a 100 kilómetros sobre el nivel del mar es un gráfico muy similar a la curva de Hubbert, si esos mismos recursos se destinaran a impulsar otros sistemas de transporte en "modo descendente" la curva que trazarían se podría extender por muchas unidades de tiempo y, por supuesto, no alcanzar la Línea de Kármán, quizá ni siquiera despegar del suelo.   

Así, el mercado no ha resultado ser un gran regulador que permita discernir sobre las acciones en "modo ascendente" versus las ya hace tiempo necesarias acciones en "modo descendente", todo lo contrario. Es la política pública la que está llamada a hacer tal distinción. En los siguientes puntos enunciaré lo que a mi entender son algunas áreas, de muchas, que presentarán algunos problemas que nos dejará la imposibilidad de seguir aplicando el "modo ascendente".  


3.2.- Grandes empresas y la dificultad de economías de escala

Una de las características de la producción actual, en el mundo globalizado, está dada por las economías de escala. Hay beneficios específicos para el consumidor detrás de este tipo de procesos como la reducción del precio, la disponibilidad del producto, etc. Pero para que este sistema funcione requiere concentración de la producción y, también, una logística importante tanto en la cadena de suministros como en la cadena de distribución. Logística que sólo es posible gracias a la disponibilidad de la energía que facilita el transporte: petróleo.

La sola reducción de la disponibilidad de petróleo por unidad de tiempo impactará en las cadenas logísticas y en la producción. También, a modo de digresión, para esto último hay otro factor, el de la Ley del Mínimo de Liebig, que dice que la producción de algún bien está determinada por la mínima disposición de un componente, es decir si vamos a producir galletas, la cantidad máxima de galletas que podemos hacer es la que nos permite el ingrediente del que tenemos menor cantidad, si la receta dice 4 huevos y sólo disponemos de uno, entonces sólo podemos producir 1/4 de las galletas de la receta aunque para los otros ingredientes tengamos disposición ilimitada (muchos kilos de harina, azúcar, mantequilla, etc.).

Las grandes empresas y también, por qué no, la "Fábrica del Mundo" que es China están enfrentadas a la dificultad de poder mantener las economías de escala y ello, en tanto sistemas complejos, las confronta a escenarios de inestabilidad donde la lógica no lineal puede hacer su aparición y llevarlas a la imposibilidad de seguir produciendo -fallas en la cadena de suministros, no poder distribuir la producción, la Ley del Mínimo de Liebig, etc.

Así, -en términos históricos- las grandes empresas que conocemos, y los bienes que producen, han dejado de existir. Todavía funcionan pero es cuestión de tiempo para que el modelo de economías de escala falle y, con ello, falle el proceso productivo asociado.

Entonces, por ejemplo, la política publica debería orientarse al desarrollo de un sistema productivo local sobre los bienes y servicios esenciales.


3.3.- Grandes ciudades y la dificultad de mantenimiento

La existencia de grandes ciudades, con poblaciones de millones de habitantes, es sólo posible gracias a que existe una inmensa cadena logística de suministros. Sin esta cadena no es posible la existencia de estos sistemas complejos. Son, en sí, sumideros de energía.

Existe algunos suministros como la electricidad y el agua que pueden ser canalizados hacia las ciudades formando una red compleja de distribución que debe ser mantenida regularmente. Lo mismo que para las aguas residuales. Estas redes de distribución, al igual que los sistemas logísticos de distribución de bienes, son dependientes de la energía, lo mismo que las grandes empresas, y, además, son dependientes de los productos que estas grandes empresas fabrican. Las grandes ciudades entonces, al igual que las grandes empresas, históricamente han dejado de existir. 

En este caso se hace necesaria la reducción de complejidad y para ello podría ser importante que la política publica se oriente a incentivar la migración desde las grandes ciudades a  sectores poblacionales de menor tamaño y de orientación rural con características importantes de autosuficiencia. 


3.4.- La perdida paulatina del Sistema de Transporte

Inevitablemente uno de los principales impactos de la reducción de la disponibilidad del petróleo se hará sentir en el sistema de transporte. Claramente el petróleo diesel se debería destinar al movimiento de maquinaria pesada y transporte productivo, dejando otros derivados del refinado al transporte liviano.

Una política pública clave en Chile es el desarrollo de un sistema de transporte troncal ya sea terrestre (probablemente ferroviario basado en electricidad) o marítimo o ambos. 


3.5.- La disgregación de los Estados

La reducción de complejidad de los sistemas también afectará al Estado. Será prácticamente imposible mantener la unidad territorial en algunos estados que presentan características de gran extensión o fuertes diferencias  territoriales. Chile presenta ambas.

La política pública y, especialmente nuestra nueva Constitución, debería orientarse a sentar las bases de esta disgregación. Es probable que sea adecuado el desarrollo de un estado federado con importantes cuotas de autonomía en las distintas regiones.


3.6.- La Necesidad de una Cultura del Respeto

Finalmente el proceso de descenso en las curvas de disponibilidad de recursos, si no es conducido por vertientes pacíficas, podría dar origen a una competencia  más o menos violenta por los mismos bienes escasos.

Es importante entonces que las políticas públicas se hagan cargo de esta problemática haciéndola probablemente pública y publicitada. Para, con ello, intentar desarrollar una dinámica de cooperación organizada sobre “el respeto al otro como un auténtico otro”, parafraseando a Humberto Maturana.

Es, por tanto, necesario el desarrollo de una Cultura del Respeto que permita la cooperación en el reconocimiento de la diferencia. Asumo que los antiguos mapuche en este tema pueden enseñarnos mucho.


4.- Referencias

[Bardi 2008] Peak Oil and “The Limits to Growth” [ Consultado el 15 de Agosto del 2021]

[Bardi 2011] Cassandras [ Consultado el 15 de Agosto del 2021]

[Bardi 2011] Plundering the Planet: a Report to the Club of Rome [Consultado el 15 de Agosto del 2021]

[Bardi 2012] The return of “The Limits to Growth” [Consultado 15 de Agosto del 2021] 

[Campbell 1998] The end of Cheap Oil [Consultado 15 agosto 2021]

[Hipple 2020] 3.2.- Quiebra Financiera de la Factura Hidráulica en Estados Unidos a pesar del auge de la producción de hidrocarburos [Consultado el 15 de Agosto del 2021]

[McKenzie 2012] Boom and doom: Revisiting prophecies of collapse NewScientist, 4 January 2012 [Consultado con limitación 15 de agosto 2021]

[Turiel, 2010] La Agencia Internacional de la Energía reconoce la llegada del Peak Oil [ Consultado 15 de agosto del 2021]

[Turiel, 2018] World Energy Outlook 2018: Alguien gritó “peak oil” [Consultado 15 de agosto del 2021]